Los agentes biológicos pueden generar una enfermedad al ponerse en contacto con el ser humano entrando por diferentes vías al organismo.
El trabajador en sus diferentes ambientes laborales es un hospedador de una gran variedad de agentes contaminantes biológicos: virus, bacterias y protozoos. Los efectos producidos en el hombre por los microorganismos son de tres tipos: infecciones, toxicidad y alergia.
La infección es concebida como la multiplicación o invasión de agentes patógenos que, en un nuevo hospedador al transmitirse de un individuo a otro, los genera o se establecen dentro de un microorganismo.
Por lo tanto, al hablar de infección debemos diferenciar entre enfermedad, los trabajadores se pueden infectar por diversidad de gérmenes y no necesariamente están enfermos, el cuadro infeccioso tendrá como duración un periodo de tiempo pero no siempre será el inicio a una enfermedad; para que se genere una enfermedad a causa de los agentes infecciosos dependen de las variables tanto del hospedador y de sus características vitales y de la probabilidad que tenga el mismo organismo, se denominan patógenos (de "pathos", enfermedad y "genus", generar).
De otra manera la toxicidad es el resultado de la acción de la toxina sobre el organismo huésped y no solo se manifiesta por infección sino también por generar una alergia que implica obtener una respuesta inmunitaria por el hospedador que se genera por la exposición a un componente celular del parasito, no todos los organismos funcionan de la misma manera sin embargo hay respuestas que debido a su comportamiento se deben monitorear.
Los efectos que producen estos agentes dependen también de su:
Para determinar la respuesta del invasor no se puede estandarizar por cada uno de sus componentes ya que difiere la respuesta entre un organismo u otro, es por ello por lo que se requiere de la vigilancia constante para calcular sus efectos, la producción y difusión de toxinas que pueden llegar a causar daños letales en la salud hasta incluso la muerte y otros que para tener manifestaciones clínicas o síntomas requieren de grandes cantidades.
Adicionalmente existen otros organismos patógenos que tienen un mecanismo más indirecto y generan una hipersensibilidad o alergias, que tienen implicaciones en la salud de los trabajadores hasta que el organismo haya experimentado un cuadro de infección previamente y no específicamente.
En Higiene Industrial, para la evaluación de la exposición a los agentes contaminantes físicos y químicos, se establecen valores límites ambientales que no deben superarse durante dicha exposición, para evitar efectos nocivos en la salud de los trabajadores.
En el caso de los agentes contaminantes de tipo biológico, se dan ciertas particularidades que no permiten establecer valores límites y suponen procedimientos de evaluación diferentes:
Para evaluar la exposición de los trabajadores a agentes biológicos se ha de determinar la naturaleza, el grado y duración de la exposición de los trabajadores.
Desde el punto de vista preventivo hay que clasificar a los agentes biológicos en función de aquellos aspectos que resultan peligrosos y nocivos para las personas (grupos de riesgos). Los criterios que se pueden considerar en relación con los efectos para la salud de los trabajadores son:
La combinación de la presencia y magnitud de estas cuatro características lleva a la obtención de cuatro grupos de riesgo de los agentes biológicos.
La evaluación del riesgo de exposición a agentes biológicos debe observarse desde las diferentes ópticas en los puestos de trabajos y con las diferentes actividades para determinar tiempos de exposición, mínimos permisibles y tiempo de exposición. Para ello, deben seguirse los siguientes pasos.
Para hacer la evaluación de riesgo hay que partir de toda la información existente acerca de los microorganismos presentes. Esta información deberá comprender la clasificación del agente de acuerdo con los criterios de clasificación, las recomendaciones de autoridades competentes sobre la necesidad de controlar la presencia del agente a fin de proteger la salud de los trabajadores, enfermedades que puedan contraer los trabajadores, los potenciales efectos alergénicos o tóxicos y el conocimiento de una enfermedad que se haya detectado en algún trabajador y que esté directamente relacionada con su trabajo (en este sentido, las revisiones médicas resultan de gran importancia en la detección de los agentes contaminantes).
Ante las carencias y dificultades que presenta la evaluación de riesgos por exposición a agentes biológicos se impone la utilización de metodologías de evaluación simplificada. La presente metodología va fundamentalmente dirigida a la evaluación de riesgos en actividades en las que no existe intención deliberada de trabajar con agentes biológicos, y pretende, a través del análisis del peligro que pueden suponer los agentes biológicos y de la posibilidad de exposición a los mismos, establecer niveles de riesgo potencial que, en su categorización, pretenden indicar tanto la urgencia en la actuación, como la magnitud y grado de exigencia en el cumplimiento de las acciones preventivas asociadas. (Hernández Calleja, 2009).
El nivel de riesgo potencial será función de dos variables, la exposición y las consecuencias que puede sufrir un trabajador expuesto.
La exposición, eliminado el factor incertidumbre, se determina a partir del análisis de tres factores: la generación de aerosoles, la frecuencia de contacto y las cantidades manejadas. De tal forma que la exposición se considera:
Baja: cuando la generación de bioaerosoles es escasa o moderada pero esporádica, cuando la frecuencia de contacto es menor que el 20% de la jornada laboral o cuando se manejan pequeñas cantidades de materiales. (Hernández Calleja, 2009)
Media: cuando la generación de bioaerosoles es moderada y no continua o elevada pero esporádica, la frecuencia de contacto no supera el 75% de la jornada o cuando las cantidades de materiales manejados son medias. (Hernández Calleja, 2009)
Alta: cuando la generación de bioaerosoles es elevada o moderada pero continua, cuando la frecuencia de contacto supera el 75% de la jornada o se manejan grandes cantidades de materiales. (Hernández Calleja, 2009).
La tabla siguiente muestra algunos ejemplos de actividades agrupadas en función de la posibilidad de exposición.
La definición de las categorías relativas a la cantidad se hace necesariamente generalista ya que, en ocasiones, será el propio material el que se considere agente contaminante, por ejemplo, el polvo de cereal. En estos casos, se podría utilizar la clasificación que aporta el método COSHH Essentials del Health and Safety Executive, en el que se categoriza la cantidad usada como: Pequeña (gramos o mililitros), media (kilogramos o litros) y grande (toneladas o metros cúbicos). (Hernández Calleja, 2009)
Sin embargo, en otras ocasiones, los materiales manejados únicamente serán el vehículo que puede contener a los agentes biológicos, por ejemplo: Las personas, animales, la sangre, etc. De modo que poco se puede saber sobre la cantidad real de agente contaminante contenido en ellos. En estas situaciones, se presupone que cuanto mayor sea el número de elementos manejados mayor será la probabilidad de exposición.
Las categorías de consecuencias corresponden a los cuatro grupos en que se clasifican los agentes biológicos según el riesgo de infección que suponen (grupos de riesgo). Como se indica anteriormente, cada cruce entre el nivel de exposición probable y las consecuencias determina un nivel de riesgo potencial. La siguiente tabla muestra los niveles de riesgo potencial que resultan de los diferentes cruces posibles:
1. Riesgo potencial 1 corresponde a situaciones en las que el riesgo de infección es insignificante y por tanto no se requieren modificaciones del proceso, aunque es necesario mantener la vigilancia. Una salvedad es la situación de exposición alta a agentes biológicos del grupo 1, en la que, si bien no existe riesgo de infección sí se deberían planificarse actuaciones sobre las causas de la exposición. (Constans Aubert,2007)
2. Riesgo potencial 2 supone que las medidas preventivas asociadas deben ser tomadas lo antes posible. (Constans Aubert,2007).
3. Riesgo potencial 3 indica que las medidas asociadas deben ser tomadas con celeridad. (Constans Aubert,2007).
4. Riesgo potencial 4 hace referencia a situaciones en las que las medidas propuestas deben ser tomadas de inmediato. (Constans Aubert,2007)
Las medidas de control y prevención de la exposición a los agentes biológicos dependerán del resultado de la evaluación, del tipo de exposición, de la naturaleza y clasificación del agente biológico.
En el caso de actividades laborales que no requieran la manipulación de los agentes biológicos nocivos, pero es probable su aparición en el medio ambiente donde se trabaja, se deben aplicar las siguientes medidas de control o prevención:
Sustitución del agente (evitación del riesgo): aunque propiamente no haya una manipulación del agente biológico, el agente es necesario, siempre que sea posible hay que procurar prescindir de agentes biológicos nocivos.
Reducción del riesgo: cuando el agente contaminante no es posible evitarlo o asegurar su no aparición, procede tomar medidas destinadas a reducir el riesgo que entrañan estos agentes biológicos.
Entre las medidas están:
En cuanto a otras estrategias se puede:
Formar e informar a los trabajadores para asegurar su adecuado comportamiento en relación con:
La formación e información se realizará:
Se requiere de utilizar la señalización reglamentaria de peligros biológicos y elaborar instrucciones escritas sobre procedimientos a seguir en casos particulares, como por ejemplo ante un accidente grave, o en la manipulación de los agentes biológicos especialmente del grupo 4.